Orange Wines

En catalán, para referirnos a un orange wine debemos hablar de un vino brisado o bien de un vino con maceración de pieles. Los brisados ​​son vinos blancos elaborados como tintos, es decir, vinificados en contacto con las pieles de la misma uva. En vez de prensar la uva y separar las semillas y pieles, se deja fermentar el mosto de la uva blanca con estas partes sólidas.

Con esta práctica, el mosto fermentará y simultáneamente habrá una maceración con sus pieles, obteniendo todas las sustancias de éstas, como aromas, taninos y color. Este proceso otorga un color más subido de tono e intenso al vino blanco, dándole unos matices ámbar o anaranjados. Por este motivo se conocen internacionalmente como orange wines.

Esta maceración puede durar desde varias horas a incluso días. Dependiendo del estilo de vino y las cualidades que su elaborador quiera conseguir.

Una de las teorías del origen del término orange wine es que fue creado en 2004 a propósito por David Harvey, un comerciante de vinos del Reino Unido. Desde entonces se ha considerado oportuno utilizar el término.

Este estilo de vinificar que gana adeptos día tras día es una técnica de elaboración que proviene de una tradición milenaria. Es más, existen evidencias de esta práctica que datan hace unos 6.000 años en Georgia. Aquí en Cataluña tenemos referencias históricas de los primeros vinos brisados ​​en la Terra Alta.

Sea como fuere, estos vinos son a menudo calificados de rústicos, austeros, con una oxidación marcada y una innegable astringencia. Todas ellas características diferenciales que los convierten en vinos, al menos, originales y muy gastronómicos.