Herència Altés
Manifiesto
«Recuerdo de cuando era pequeña que el runrún de los tractores al amanecer marcaba el inicio de la vendimia y que durante días todas las calles del pueblo olían a mosto. Fueron mis padres y, sobre todo los abuelos, quienes me transmitieron los valores de ser de un lugar así, y como una viña vieja, con los pies arraigados a la tierra, fui creciendo y amando lo que me rodeaba.
Cuando Rafa apareció en mi vida quisimos darle forma de vino a esta tierra de piedras, de secano, de viñas viejas, de gente hospitalaria y dicharachera, de cierzo y de garbí. Nunca olvidaré la sensación de abrir las puertas de nuestra bodega por primera vez, en ese momento iniciamos un proyecto que no sólo elogia mis antepasados y una manera de cultivar la tierra, sinó que también es simbólico del pueblo que me vio nacer y crecer.
Queremos que nuestros vinos sean el reflejo de su terruño. Son las viñas y la tierra donde éstas reposan las protagonistas absolutas que llenan nuestras botellas para que, cuando alguien en nuestra casa, o al otro lado del mundo, al probar nuestros vinos y cerrar los ojos, sienta los mismos aromas que yo cuando era pequeña al inicio de la vendimia.»
Núria Altés
En la bodega-
Vinos ecológicos que nacen del amor por una tierra y del compromiso por cuidarla
Herència Altés es una bodega familiar de la Terra Alta dedicada al cultivo del viñedo y la elaboración de vinos frescos y elegantes
Apostamos por la agricultura ecológica y por una forma de trabajar que sea sostenible y respetuosa con el medio ambiente, que promueva una biodiversidad rica ya que ésta, a su vez, nos ayuda a fortalecer nuestros suelos y nuestro entorno. El cuidado de nuestro patrimonio natural e histórico, preservando los viñedos viejos y los márgenes de piedra seca, nos permite seguir cultivando y elaborando vinos para que las generaciones futuras puedan seguir disfrutando de la tierra y sus frutos.
Trabajamos con las variedades autóctonas, enfatizando con las Garnachas y resaltando la Garnacha Blanca, bandera e insignia de nuestra tierra. Elaboramos los vinos de la forma más natural y respetuosa posible y siempre buscando la máxima honestidad y elegancia varietal.
Cuando pruebas nuestros vinos, te transportan a un sitio, la Terra Alta; un carácter, nuestro terroir; y una forma de hacer, Herencia Altés.
En el campo
Trabajamos todas nuestras fincas de forma manual y ecológica, siempre con el máximo respeto por el entorno y por el patrimonio natural y cultural. Entendemos el cultivo del viñedo como parte del ecosistema puesto que es este equilibrio entre la agricultura y el entorno lo que es capaz de garantizar el bienestar de los viñedos y combatir las amenazas a las que se enfrenta la agricultura. Todos nuestros trabajos van dirigidos a respetar y mantener ese equilibrio.
En 2015 empezamos la transición hacia la agricultura ecológica y, a día de hoy, todos nuestros viñedos tienen la certificación ecológica. Además, practicamos la agroecología, utilizando técnicas alternativas para mantener los viñedos sanos y ayudar a generar vida en los suelos y en el territorio.
En un entorno con una pluviometría baja y un terruño pobre en materia orgánica, como es el caso de la Terra Alta, entendemos el suelo como un aliado para nutrir las plantas. Por eso, respetamos al máximo la estructura de los suelos y tomamos decisiones racionales adaptándonos a las particularidades de la climatología. Así, según el viento que sopla o la humedad que haya, optamos por una metodología u otra, siempre pensando en potenciar la riqueza de cada suelo.
Buscamos mantener y perpetuar el legado vitivinícola que suponen los viñedos viejos, potenciando la riqueza subterránea: raíces profundas y fuertes que perduran a lo largo de los años. Con este propósito, trabajamos la mayoría de fincas en forma de vaso y sin regadío, para que nuestro cultivo se adapte a las condiciones de sequía propias del territorio y fortalezca el arraigo.
Pero nuestro proyecto vitivinícola va más allá: a través de nuestro proyecto medioambiental, promovemos, por un lado, la protección de nuestro paisaje, formado por un mosaico de pequeñas parcelas agrícolas intercaladas con márgenes de «piedra en seco» y recortes de bosque, y, por otra parte, la recuperación de la biodiversidad, fauna y flora autóctona muchas veces amenazada por prácticas poco sostenibles o desplazada por especies foráneas.